Marta y David
Últimamente me estoy acostumbrando a trabajar en bodas atípicas. Esto no es malo en absoluto, pues te saca de la rutina habitual y además las bodas resultantes terminan siendo más frescas y, sobre todo, diferentes.
Marta y David son como de la familia. Hermana y cuñado respectivamente de Ana (a cuya boda fui a caballo entre fotógrafo e invitado) estaban decididos desde el principio a hacer algo poco habitual. Tan poco habitual como «separar» la boda en dos partes: una primera por la mañana en Arganda con su familia más cercana, y luego, ya por la tarde, la fiesta propiamente dicha con el resto de invitados en la terraza del Hotel Vincci, en pleno centro de Madrid, donde, sea dicho de paso, se estaba de lujo respirando los últimos estertores del verano.
Poco podría decir a los que no conocen a esta familia tan sensacional, pero mucho menos a quienes sí que los conocen, porque diga lo que diga, y elogie lo que elogie, siempre me voy a quedar corto con ello.
Espero, como siempre, que disfrutéis de las fotografías y sintais el especial cariño que emana de ellas.