Ana y Sergio
Yo siempre me lo paso genial en las bodas. Debe ser una cuestión de mi carácter… o lo mismo es que me gusta lo que hago. Pero todavía me gusta más cuando voy a la boda de unos amigos, aunque sea a trabajar. Y eso pasa con Ana y Sergio, que uno no puede pensar en que está trabajando si al mismo tiempo estás disfrutando la boda como un invitado más.
Como pasa siempre que hablo de conocidos, poco puedo decir sobre las grandes personas que son, lo mucho que nos queremos, lo bien que lo pasamos… así que me centraré en la boda: una boda grande, en Zamora, donde nos juntamos más de doscientos invitados de los cuales más de la mitad éramos amigos. Total, que el reportaje salió rodado, a pesar de un poco de frío (viento incluido) y una amenaza inminente de lluvia que no sólo no terminó de cuajar sino que ayudo a crear una atmósfera bastante especial que sólo se consigue en las bodas de quien ha invertido mucho esfuerzo y mucho tiempo en que en este día todo salga perfecto.